Página sobre el tema. La Radiestesia. De nuestro amigo y experto Profesor Sr. Jonatan Santos.

  PREÁMBULO

Una gentileza de la Web www.eternidad2.com

LA RADIESTESIA  

  CURSILLO ELEMENTAL

SOBRE LA PROFUNDIDAD

  BÚSQUEDA DE OBJETOS ENTERRADOS

  UTILIZACIÓN RADISETISICA DE LA RADIACIÓN DE LOS CUERPOS 

 CUANDO SE BUSCA UN OBJETO ENTERRADO 

    LA BÚSQUEDA DEL AGUA  

PROFUNDIDAD DEL AGUA  

 LOS TERRENOS 

CAUDAL DEL AGUA  

 EL ESTENOSCOPE  

  ESTADO PASIVO Y LA CONCENTRACIÓN

BUSCAR APARTADO 

LA BRÚJULA DOBLE

LA RADIESTESIA  

La a Rabdomancia (Radiestesia) de las voces griegas Rabdos, bastón, y Manida adivina­ción), es una ciencia muy antigua y cuyo objetivo es descubrir las aguas subterráneas mediante una varita denominada mágica. o adivinatoria, también se la conoce como varita de Moisés, ya que en la Biblia encontramos diversas referencias a pro­digios realizados mediante la varita en cuestión. Los antiguos muy propensos a utilizar la «varita mágica» para casi todo, con ella pretendían no únicamente descubrir Las aguas subterráneas, sino también tesoros ocultos y hasta la infidelidad con­yugal.

  

La varita fue en tiempos lejanos, un símbolo de prestigio y poder, la historia esta repleta de refe­rencias a los personajes que utilizaron la varita mágica como signo de su poderío, las hadas así como también las hechiceras famosas, (Medea y Circe) realizaban auténtica maravillas con dicha varilla; los magos de la antigüedad, tales como.

 

  Hermes o Zoroastro, realizaban verdaderos pro­digios, como decíamos, la Biblia hay numerosas citas a las distintas ocasiones en que fue utilizada la varita mágica, los brujos de faraón, Moisés así como su hermano Aarón, la utilizaron, y antes que ellos Jacob era sobradamente conocido por su maestría en el uso de la varita adivinatoria. La primera noticia recogida sobre los rabdomantes o zahoríes la debemos al alquimista alemán del siglo XVI, llamado Jorge Agrícolas, (aunque su verdadero apellido es Landmann).

la mayoría de las personas han oído hablar de la Radiestesia como de algo extraordinario que pue­den realizar algunos mediante el péndulo, algo por tanto, fuera de alcance de lo genérico. Unos

 

pocos ha leído algún tratado sobre esta especiali­dad y han sacado -la mayoría dejas veces conse­cuencias equivocadas, podríamos decir, que han entendido muy poco.

No pretendernos criticar esta circunstancia, nada mas lejos de nuestra intención, por el contrario, es completamente normal, digamos que propio de la naturaleza humana, que, ante algo desconoci­do adopta una posición expectante y desconfiada.

Sabemos de algunos casos en que la persona han probado, y como es natural -salvo excepciones-, no ocurría nada en absoluto, lo que les proporcio­naba una tremenda decepción, sin embargo esto es lo normal, es necesario mucha paciencia, afi­ción y constancia, La definición de la Radiestesias un poco difícil, ya que no se puede considerar ni como ciencia, ni tampoco como arte, ya que como decíamos es algo que de consigue con la práctica, de hecho debería formar parte de alguna de las ramas del saber, ya que se supedita al conocimiento y la voluntad, como cualquier otro tema que se quiera estudiar. No habremos de olvidar dar, no obstante, que la Radiestesia pasa inevitablemente por la percepción extrasensoria, de lo que se desprende que el ma­yor y verdadero aparato radiestesico es el propio cuerpo del practicante, ese sexto sentido que nos despierta a situaciones extraordinarias, en ocasio­nes incluso, somos sorprendidos por hechos que no esperábamos y que a falta de datos concretos para poder ubicarlos, decidimos que ha sido una

corazonada, un poco de intuición, o simple­mente casualidad, utilizamos un sinfín de ad­jetivos quede alguna forma, justifica el hecho y de paso nos deja mismamente tranquilos volvién­donos a la normalidad amenazada por aquel inci­dente, Algunos especialistas, han llamado al péndulo como el altavoz del subconsciente, ello, por­que en realidad el péndulo en manos del radiestesista hace la misma función que el alta­voz en un aparato de radio. Existe dos clases de radiestesia, la que se práctica sobre el terreno en busca de algo, y la que se lleva a cabo a distancia. La primera corno se ha dicho se utiliza con el péndulo sobre el terreno y el operante busca sosteniendo ci péndulo por lo tanto circunscribir la Radiestesia en pasa entre sus dedos, la segunda es una práctica muy interesante y la búsqueda se realiza sobre planos o fotografías. Si decides practicar sobre el terreno os será de mucha utilidad el llevar en vuestra mano libre un testigo por ejemplo si lo que buscáis es agua, llevaréis un trasquilo lleno del liquido elemento, esto facilitará vuestra concentración en aquello que buscáis, (extrapolarlo a cualquier elemento que queráis buscar). Si por el contrario habéis de buscar algo a distancia, también es conveniente que tengáis ante vosotros el mencionado testi­go facilitará toda la dinámica de búsqueda.

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Deberéis tener presente que, el enemigo funda­mental del radiestesista es la autosugestión ya que si estás bajo los efectos de esta influencia, el péndulo señalará todo aquello que se refiere a esa autosugestión equivocando al operador.  

Es importante que la persona, se mantenga tran­quila y segura de lo que quiere hacer. Os repito, cualquier persona con fuerza de vo­luntad puede convertirse en un fenomenal radiestesista, para ello, paciencia, voluntad y en­tusiasmo. Es cierto que en ocasiones las prácti­cas se hacen monótonas y pesadas, pero ya sa­béis el dicho, el que algo quiere.. También es necesario que conozcáis las imita­ciones de la radiestesia, ya que en ocasiones se tiende a creer en haber descubierto panaceas cuan­do se obtienen algunos logros positivos. Saber por tanto, que la radiestesia confirma he­chos acaecidos o circunstancias presentes, pero nunca se os ocurra pensar en episodios futuros.

Por lo tanto circunscribir la radiestesia en pasado y presente, jamás en futuro.

Corno os decía, el practicante escéptico que a pe­sar de todo empiece a sentir curiosidad y por tan­to a practicar, con los primeros fracasos pensara, ¡Ya decía yo que esto es un cuento O cosas pare­cidas, pero si a pesar de todo continuas practican­do, seguro que legará un día en que exclames:

Dios, que grande es la mente humana,

Si en cambio, lo que queréis es probar con varias a la que aludíamos anteriormente, también podéis hacerlo, para ello, habréis de proporcionaros la varita, en realidad es una horilla como se ve en el dibujo N 2, deberá ser, preferentemente de avellano y según algunos autores cortada a la Sa­lida del Sol, otros en cambio aseguran que la hor­quilla se ha de cortar en plena Luna llena, sin embargo, lo cierto es que no se ha demostrado que este aspecto pueda tener influencia alguna sobre los resultados posteriores.

Coger la varilla como muestra el dibujo N0 2 y caminar lentamente en espera de que la horquilla vibre y se mueva, será señal de que habéis ha-liado lo que buscáis.

La eficacia de este método está rotundamente comprobado hoy al igual que lo estuvo antigua­mente, pero, a pesar de ello, también tuvo que luchar sobre todo contra dogmas de la iglesia ca­tólica que comenzó a denominar corno varilla del diablo.

El P. Menestrier jesuita del siglo XVII, se pre­ocupó extensamente de la varilla adivinatoria, mostrándose abiertamente contrario a ella, qui­zás por que su evidente credulidad con respecto a esta, le hizo concebir la idea de que las propieda­des que le asignaba, las atribuía al diablo.

Desde principios del siglo XVI, hasta finales del XVIII esta práctica apasionó y lo practicaba gen­te de todas las categoría sociales, después duran­te el siglo pasado, la fama de la varita adivinatoria se fue eclipsando hasta quedar tan solo latente como antiguas supervisiones de los abuelos.

Tan solo aquel los que cultivaban las ciencias ocul­tas continuaron concediéndole la importancia que tenia, y gracias a estos esta práctica estuvo Siem­pre en estado latente, en el cuarto trastero de es­tos buscadores y guardadores de los conocimientos de siempre, y que pusieron al servicio del ser humano en cuanto los tiempos es fueron propicios.  

Así, a principios de este siglo, se fundó en Hannóver una Sociedad cuyo objetivo era el es­tudio de los fenómenos rabdomanticos, llegando a convocar un concurso que dio óptimos resulta­dos, en vista de los cual la academia de Ciencias de Paris convocó otro concurso en 1913 con un éxito que mismos esperaban.

 

Inglaterra emulé a París abriendo otro concurso, y lo mismo hizo Alemania que superó los ante­riores. Barcelona siempre se ha distinguido por estar en vanguardia dc las corrientes intelectuales y novedosas, realizó cl IV Congreso Nacional de Riegos, en el cual ante la presencia de personali­dades del momento, demostraron Su pericia
hidróscopos, prospectistas y zahoríes, tanto nacio­nales como extranjeros,
el Congreso se cerró con un gran éxito. Se ha especulado mucho sobre las fuerzas rea­ les que hacen que la varita mágica se mueva y gire, y lo cierto es que las causas, siempre han sido subjetivas aunque se sepa que es el propio ser humano el desencadenante de la misma, qui­zás lo más sensato sea decir con Boileau: ¿La cau­sa? La ignoro; veo y esto basta. Así que. si os llama la idea, manos a la obra, em­pezar, todo se olvida cuando obtienes tu primera victoria, cuando en un descampado observas como el péndulo gira sin nada aparente que lo impulse, pero recordar que solo la paciencia y la perseve­rancia podrán conseguirlo. Si tenéis dudas sobre el particular hacérnosla llegar, intentaremos des­pejadas.

  CURSILLO ELEMENTAL

    Como complemento a nuestro CURSILLO ELEMENTAL, publicamos hoy el presente trabajo de dedicado  a la ampliación de los diferentes factores y modos de operar, que entran en la BÚSQUEDA RADIESTESICAS  propiamente dicha, ya que la búsqueda radiestésica es el resultado natural de todas las teorías, de todas las demostraciones y de todos los ejercicios expuestos para acostumbrarse a reglamentar debidamente su ejecución. 

    La exploración radiestésica es un acto de la inteligencia, secundada por la imaginación para descubrir seres y cosas de las cuales se supone la existencia: AGUAS SUBTERRÁNEAS, YACIMIENTOS METALÍFEROS, OBJETOS PERDIDOS, PERSONAS DESAPARECIDAS, etc.

  Para acostumbrar al principiante a proceder adecuadamente durante el acto de la exp1oración radiestésica, bien sea operando directamente sobre el terreno o a distancia, modalidad esta última conocida por el nombre de TELE RADIESTESIA y a la cual dedicamos un apartado especial en la segunda parte do este trabajo, nos limitaremos a exponer cómo se procede prácticamente, resellando la forma de actuar en varios ejercicios prácticos y en diversas clases y modalidades de búsquedas radiestésica, suponiendo al lector suficientemente conocedor de la parte explicada en nuestro CURSILLO ELEMENTAL, indispensable para afrontar con éxito estos trabajos.

SOBRE LA PROFUNDIDAD

    Está admitido que un cuerpo enterrado emite alrededor de él de una manera constante radiaciones siguiendo un principio, que define las condiciones de su propagación. Estas radiaciones, independientemente de las que subiendo verticalmente de la superficie del cuerpo dibujarían por decirlo así la forma del objeto sobre la superficie del terreno, se extienden alrededor de él en, el caso teórico de un cuerpo exacto, formando una superficie cónica vuelta del revés, cuya cima A ocuparía el cuerpo buscado y cuyos lados L y L forman con la vertical del cuerpo un ángulo de 45º.

  DERIVASE DE ESTO que un cuerpo exacto u otro cuerpo de forma regular y de pequeñas dimensiones está siempre en el centro de una circunferencia C, descrita sobre la superficie del terreno y a una profundidad R en el suelo igual al radio R de esta circunferencia. Para mejor comprensión de lo que antecede ver la.

 (figura n 1)

 

    Este principio, AL CUAL LA AUTO-SUGESTIÓN PRESTA SU A POYO, permite, pues, determinar la PREFUNDIDA a la cual se encuentra un cuerpo un yacimiento de forma cualquiera, una corren té de agua, etc. tiene un carácter general y en caso de que se buscase un cuerpo, un yacimiento ¿ una corriente de agua, su pro fundida se deduciría de la posici6n de los puntos de emergencia de sus radiaciones, representando sobre el suelo el contorno AMPLIFICADO del cuerpo  del yacimiento, que en el caso de tratarse de una corriente de agua estaría representado por las dos orillas o márgenes.

    La profundidad de la corriente de agua en el subsuelo, medida al nivel de la superficie del liquido, es, pues, siempre igual a la mitad de la distancia de las dos orillas, medida sobre el suelo y, para los cuerpos o yacimientos, esta profundidad es sensiblemente igual a la mitad de la distancia levantada entre los dos puntos opuestos de la línea de emergencia de Las radiaciones.

    Hemos estimado conveniente hacer esta consideración genera. Sobre la profundidad antes de pasar adelante, tanto por las ventajas que su utilización puede prestarnos durante las exploraciones radiestésica, que vamos a describir, como por el uso que hacen numerosos prácticos del método de los 45º para de terminar la profundidad de los cuerpos buscados.

BÚSQUEDA DE OBJETOS ENTERRADOS

    Cuando se han enterrado en el suelo objetos metálicos o de otras clases, poco tiempo antes de proceder a su detección radiestésica loa resultados generalmente no son muy brillantes, debido a varias causas que dependen por una parte de la presencia de los espectadores, que pueden influenciar a los radiestesistas poco entrenados hasta el punto de paralizar completamente su sensibilidad e incluso tratándose de operadores muy experimentados, de dificultarles seriamente su labor, y, por otra parte, pueden depender del objeto mismo.

    En efecto, si la masa del objeto enterrado no es muy considerable, su irradiación tendrá poca intensidad, y, si hace que está enterrado poco tiempo, apenas si será perceptible en la superficie del terreno, no pudiendo aceptar la tarea de su localización más que operadores muy experimentados, o sea aquellos cuya sensibilidad ha sido a- finada por una larga practica.

    De todos modos debe hacerse, al parecer de según oler tos autores, una excepción si se trata de oro, cuyas radiaciones, por ser particularmente intensas, harían que se pudiese encontrar poco tiempo después de haber sido enterrado. 

 UTILIZACIÓN RADISETISICA DE LA RADIACIÓN DE LOS CUERPOS 

    Se ha escrito mucho Y en realidad se sabe muy poca cosa, reduciéndose todo a las hipótesis o a las afirmaciones sus garantías de operadores, que han atribuido a la baqueta y al péndulo el fantasma de radiaciones especiales, de las cuales nada seguro puede indicar su existencia. En tales condiciones y en ausencia de todo medio de percepción y de control, que ofrezca garantías reales de objetividad, es imprudente contar en las búsquedas con la presencia de las radiaciones, que no pueden invocarse más que a titulo de hipótesis o de AUTO-SUGESTIÓN; á faltado algo mejor contentémonos con esto...

  CUANDO SE BUSCA UN OBJETO ENTERRADO 

    La complejidad de la búsqueda depende de varias condiciones, según las circunstancias en que se presente la misma, pudiendo darse los siguientes casos:

1   La naturaleza del objeto y el sitio que ocupa son conocida, falta    determinar a qué profundidad se encuentra.

2   La naturaleza del objeto es conocida, pero el sitio en que se encuentra y la profundidad hay que terminarlos. 

3   La naturaleza del objeto es desconocida, su situación es conocida, pero no su profundidad.

4   La naturaleza del objeto, su situación y su profundidad son desconocida.

    Pueden presentarse otras variaciones, pero con saber solucionar adecuadamente los cuatro casos expuestos se podrán solucionar los domas, que puedan presentarse, operando por analogía.

LA BÚSQUEDA debe efectuares en una superficie bien de terminada de terreno, pero como que la radiación del objeto en terrado puede ser muy débil o inexistente, conviene en la expresión del deseo el HACERSE SENSIBLE A SU PRESENCIA.

    Los ejercicios que describiremos a continuación pueden ser Considerados como una síntesis de diversas búsquedas, las más usuales, estando graduadas les dificultades. Los principios anunciados son valederos para todas las búsquedas ulteriores, operadas sobre los más vastos espacios, lo mismo si se trata de objetos enterrados accidentalmente que de yacimiento. Que se encuentren en el subsuelo.

    Hay que tener presente que el enterramiento accidental o voluntario de objetos en el subsuelo puede tener lugar en las grietas o aberturas de los terrenos y por consiguiente a considerable profundidad, pero las condiciones de la búsqueda nunca cambian, aunque esta ultima circunstancia nos advierte que, al tratar de determinar la profundidad a que se encuentra un objeto enterrado, al igual que en todos los factores que se traten de averiguar por medio de una detección radiestésica, no debe u no formaras nunca con anticipación una idea de cual va a ser el resultado, que se tiene que obtener,  pena de ser víctima de una autosugestión, que nada tiene que ver don la realidad del objeto de la exploración.

  EJERCICIO I

    Sea un objeto de cobre que se ha enterrado en un punto marcado por una estaca; es preciso Indicar a qué PROFUNDIDAD del suelo se encuentra.

    El operador, baqueta o péndula en mano, se coloca en el lugar donde está la estaca, encuadrándola entre sus des pies, y luego anuncia por tres veces la  expresión de su deseo, con diez segundos de intervalo, poniendo al mismo tiempo el péndulo en oscilaciones o la baqueta en posición de espera.

    La fórmula de la expresión del deseo será la siguiente: DESEO HACERME SENSIBLE A LAS RADIACIONES DEL OBJETO DE COBRE COLOCADO  EL SUELO DEBAJO DE MIS PIES

    Seguidamente se aleja de la e ataca, caminando hacia atrás, lentamente, en una dirección cualquiera y pronuncian do a cada paso la interrogación: ¿A qué profundidad está el objeto de cobre? En un momento dado las oscilaciones convierten en giros, se para uno, entonces, y coloca a sus pies una estaca o marca el punto donde se produjeron loe giros con Cualquier objeto o señal bien visible.

    Los giros se produjeron  el punto de emergencia de las radiaciones en ángulo de 45 del objeto de cobre; es suficiente medir la distancia desde este punto hasta la estaca colocada encima del objeto para conocer la profundidad a que está enterrado.

    Si esta distancia es, por ejemplo, de un metro veinte centímetros, según el principio enunciado anteriormente el objeto de cobre está enterrado a un l'20 m, de profundidad.

    Ni que decir tiene que el operador ha convenido consigo mismo por medio de la CONVENCIÓN MENTAL, que las oscilaciones se conviertan en giros en el punto de emergencia de las radiaciones de 45 ó en el punto equidistante de la estaca en la misma longitud que está el objeto enterrado en el subsuelo.

  EJERCICIO II

    Sea el mismo objeto de cobre del cuál se ignora el sitio en que se encuentra y la profundidad a que yace enterrado.

    El operador se sitúa en un punto cualquiera del perímetro del terreno, y a continuación, fijando su mirada en el centro del espacio a explorar, coloca su mano izquierda en antena y pronuncia la expresión del deseo:

     "DESEO HACERME SENSIBLE A LA PRESENCIA DE LAS RADIACIONES DEL OBJETOS DE COBRE QUE ESTA ENTERRADO DEBAJO DE ESTE TERRENO, CUALQUIERA QUE SEA LA DISTANCIA A QUE SEA ENCUENTRA.

    Tras haber pronunciado tres veces seguidas la expresión del deseo con diez segundos de intervalo entre cada expresión, teniendo el péndulo puesto en oscilaciones, empieza muy lentamente a dar la vuelta sobre sí mismo, mientras pronuncia la interrogación: ¿El objeto de cobre está enterrado en esta dirección? (La indicada por la mano izquierda extendida en forma de antena).

    Es conveniente describir pequeños arcos de circulo con la mano extendida en antena, deteniéndose en cada uno de ellos, mientras se pronuncia mentalmente la interrogación.

    Caso de no entrar en giros el péndulo en la primera vuelta, se camina unos pasos y se repite la operación dando siempre muy lentamente la vuelta sobre sí mismo, y así sucesiva mente hasta que el péndulo convierte sus oscilaciones en giros; en este momento, la dirección señalada por la mano extendida en antena, señala la DIRECCIÓN EN QUE SE ENCUENTRA EL CUERPO BUSCADO.

    El operador señala convenientemente esta dirección y seguidamente se traslada a otro punto del terreno, sensiblemente sobre la línea de noventa grados en relación a la dirección que termina de señalar, repitiendo toda la operación, sin olvidarse del pequeño ceremonial de la expresión del deseo y de la interrogación.

    Señala una segunda dirección que se cortará con la obtenida anteriormente en un punto determinado, se traslada a dicho, punto debajo del cual se encontrará el objeto enterrado y, entonces, no queda ya más que buscar la profundidad a que se halla, operando según se ha indicado en el ejercicio anterior. Para mejor comprensión ver la.

 (figura 2.) 

    La X señala el punto donde se halla el cuerpo enterrado, la P el punto desde donde el operador señala la primera dirección D y la P' el punto desde donde el operador señala la segunda dirección D, que al cruzarse en X marcan el punto buscado.

    Queda bien entendido que si el resultado de toda la operación no es satisfactorio, tiene que empezaras de nuevo todo el proceso hasta un éxito completo y repetido.

    Debe tenerse presente que en estos ejercicios se trata de búsquedas de objetos cuya presencia real es cierta, de no ser así, en un caso como el presente, tras tres o cuatro tentativas de encontrar la DIRECCIÓN sin que el péndulo transforme sus oscilaciones en giros, debe abandonarse la búsqueda, de otro nodo el deseo inconsciente de encontrar una dirección haría, a la larga, hacer actuar la autosugestión dando indicaciones el péndulo completamente falsas. En toda operación radiéstesica hay que proceder con las máximas precauciones.

  EJERCICIO III

    Tratase de un objeto cuya naturaleza es desconocida, su situación es conocida, pero no su profundidad. Debe, pues, buscar se la naturaleza del objeto y luego la profundidad.

    Aquí el problema es,  en apariencia, complicado, pero en el fondo es sencillo. El operador se coloca encima del punto que señala el emplazamiento del objeto, pone su péndulo o baqueta en posición de espera y despu4s expresa su deseo tres veces, con intervalos de diez segundos: "DESEO HACERME SENSIBLE A LA PRESENCIA DEL OBJETO ENTERRADO DEBAJO DE MIS PIES". Como que el objeto enterrado es de naturaleza desconocida, se ignora si emite radiaciones o no.

    Teniendo el operador el péndulo en la mano derecha, señala con el índice de la mano izquierda, puesto en antena hacia el suelo, el punto donde esta enterrado el objeto, mientras interroga lentamente: El objeto enterrado en el suelo, debajo de mis pies, es metálico?". Después de repetir cinco o seis veces la interrogación, a razón de una vez por minuto, con la correspondiente espera, si las oscilaciones continuas sin convertirse en giros sacan la conclusión de que el objeto enterrado no es de naturaleza  metálica. Modificase la interrogación tantas veces como sea necesario, empleando expresiones relativas a grupos de sustancias diferentes, como por ejemplo: El objeto enterrado debajo de mis pies es una pieza de vajilla, de batería a de cocina, de vidrio, etc.?

    En el caso de que el péndulo responda afirmativamente a una de las interrogaciones, puede conocerse la naturaleza del objeto, pudiendo en ocasiones precisarse aun mas, como por ejemplo en el caso de tratarse de una pieza de vajilla, interrogando si es de porcelana, de loza, de tierra, de aluminio, etc.

    La fórmula de interrogación será: ¿El objeto enterrado debajo de mis pies ea de porcelana, de loza, etc.? Pero cada interrogación repetida como es conveniente, no deberá contener más que el nombre de una sola sustancia.

    Si el péndulo, a la primera interrogación, indica que se trata de un objeto metálico, el operador ya tiene un punto de partida, pudiendo, mediante sucesivas interrogaciones, determinar de qué clase de metal se trata.

    De todos modos, como que sólo se trata de un ejercicio de entrenamiento, para que no sea en exceso fatigoso el operador puede hacerse dar una lista con un determinado numero de sustancias entre las cuales se encuentre la naturaleza del objeto enterrado.

    Determinada la naturaleza del objeto enterrado, se pasa a determinar la profundidad por el procedimiento descrito en el ejercicio.

  EJERCICIO  IV

    La naturaleza del objeto, su situación y su profundidad son desconocida.

    Es necesario ante todo localizar el sitio, luego la naturaleza y a continuación la profundidad, operando según se ha des arito en los ejercicios anteriores.

    Por los ejercicios anteriores uno puede darse cuenta de la sencillez del método de las interrogaciones y de la seguridad de sus resultados; para ello as necesario que no se olvida nada en el proceso de las operaciones: estado pasivo de espera, expresión del deseo, INTERROGACIONES, conformándose exactamente a las prescripciones indicadas en nuestro CURSILLO ELENTAL y en el presente trabajó.

  LA BÚSQUEDA DEL AGUA

    Los procedimientos empleados en la búsqueda de las corrientes de agua subterránea son diversos, pero todos se reducen en el fondo a dos modalidades: en una de ellas los radiestesistas recorren el terreno péndulo o baqueta en mano; en la otra, prospecta desde un punto fijo por medio de la proyección del pensamiento, pero tanto en uno corno en otro procedimiento LA ACCIÓN MENTAL ES SIEMPRE LA BASE DE LA BÚSQUEDA.

    En el primer caso, el operador, provisto de su instrumento radiestésica y llevando, generalmente un TESTIGO, formado por un pequeño frasco de agua, recorre en línea recta el terreno, cruzándolo en varias direcciones, hasta el momento en que la baqueta o el péndulo acusan una primera reacción en relación con la proximidad del agua. Datos por supuesto que en el terreno explorado se encuentran alguna corriente de agua subterránea.

    La varilla sube o baja según sea su posición de EQUILIBRIO INESTABLE, mientras el péndulo se pone a oscilar PARALELAMENTE a la corriente de agua. Téngase presente que los movimientos de los instrumentos debe estar previstos por CONVENCIÓN  MENTAL.

    La primera reacción no indica la presencia del agua bajo los pies del operador, pero le previene que entra en la ZONA DE INENOIA del agua. 

(figura n 3.)  

     La zona de influencia está compuesta de una sucesión de planos A, B, O, de radiaciones paralelas a la orilla de la corriente de agua y cuya intensidad aumenta al acercarse a la vertical del río o corriente subterránea, como lo indican las reacciones del instrumento, más débiles sobre él limite de esta zona y cada vez más fuertes al avanzar hacia el agua.

    Tras la primera reacción del instrumento, los radiestesistas continuas su marcha; si se vale de la baqueta, esta reacciona cada vez con mayor intensidad conforme se avanza hacia C, haciéndolo la máxima intensidad entre C y D, para disminuir conforme se acerca a E, cesando en absoluto en absoluto en F.

    Si se trata del péndulo, 4ste convierte en A sus oscilaciones normales en oscilaciones bien diferenciadas y paralelas al eje de la corriente, para transfórmalas en oscilaciones bien marca das y de dirección vertical a la corriente, conforme uno se acerca a B, para transformarlas en giros elípticos entre B y C y claras rotaciones entre C y D), o sea sobre el paso de la corriente, repitiendo desde D a F el mismo ciclo pero a la inversa.

    Colocándose sobre las orillas C y D de la corriente el operador puede, siguiéndolas subiendo o rajando, DETERMINAR EL CURSO, con todas las sinuosidades de la corriente, sobre una parte de su recorrido en la extensión que sea necesario.

    SENTIDO DE LA CORRIENTE.- Para conocer el sentido de la corriente el operador se coloca sobre su eje y marcha en una dirección, caminando en sentido contrario a la corriente, la baqueta sé alza como bajo los efectos de una repulsión, bajando o permaneciendo inmóvil  sí se canina en el sentido de la corriente.

    Con el péndulo el operador, colocado sobre el eje de la corriente, da vueltas sobre sus talones muy lentamente; al estar tiente a la parte baja, oscila en el sentido de la corriente, mientras que al hallarse cara  la parte alta, de donde proviene el curso del agua, describe rotaciones.

    No debe olvidarse, como hemos dicho anteriormente, que los movimientos de los instrumentos se establecen por CONVENCIÓN MENTAL.

    Sea cual fuete el procedimiento empleado para la búsqueda del agua, el radiestesistas lleva siempre ventaja, si, al iniciar la exploración, se adapta a las indicaciones relativas al estado pasivo y a la expresión del deseo. Es una condición indispensable para el éxito de su prospección, ya que su sensibilidad perceptiva y selectiva aumentan así enormemente.

    Así, pues, tras el estado pasivo (Ver curso elemental) expresar su deseo en los siguientes términos "Deseo hacerme sensible a las radiaciones verticales del agua corriente que se deslice en el subsuelo, a una distancia cualquiera, y deseo ser insensible a todas las demás radiaciones", y después al ponerse en marcha, interrogará: Esta aquí el agua?".

    En el segundo caso, o sea cuando el operador prospecta desde un punto determinado del terreno, cae debe explorar, procederá exactamente igual a cómo hemos indicado para la búsqueda del objeto del ejercicio II.

    Tras formular la convención mental de que el péndulo entrará en giros cuando la mano izquierda extendida en antena señale la dirección en la cual se encuentra el agua, expresa su deseo, y, girando lentamente sobre sus talones, interrogará: ¿Es ésta la dirección eh la que se encuentra el agua?

    Si tras des o tres vueltas completas el péndulo no entra en rotación, es señal de que en las inmediaciones no se encuentra agua y debe buscarse mucho más lejos.

    En el caso dé que el péndulo empiece a girar, el operador debe señalar con cuidado el lugar en que sé encuentra, así como la dirección encontrada, sobre cuya linda ima4naria, trazada sobre el terreno, se encuentra un punto más o menos distante en el que existe emergencia de las radiaciones verticales del agua.

    Los radiestesistas se desplazan entonces a Otro punto, distante primero unos 50 metros, y, desde este nuevo punto, Continua la exploración exactamente igual como lo hizo desde el primero, sin olvidar la expresión del deseo y las interrogaciones.

    Lograda una. Segunda dirección, que se cortará con la primera en un punto determinado, señala dicho punto de intersección como el emplazamiento de la vertical de una corriente de agua subterránea, vertical que corresponde a la orilla de la corriente más próxima al operador.

    Partiendo de dicho punto continuará su prospección como se indicó en el primer caso, para determinar el curso, su anchura y el sentido de la corriente.

    La expresión del deseo y las interrogaciones permitieron al operador el hacer, inconscientemente, la proyección de su pensamiento en la dirección del agua y no tener en cuenta las complicaciones de orientación con que se sobrecargan ciertos métodos de búsqueda, los cuales perjudican la precisión de las indicaciones PENDULARES.

    POR PRUDENCIA es conveniente controlar los primeros resultados de la operación, empezándola de nuevo sobre das puntos diferentes, colocados respectivamente a una distancia igual de los anteriores; el punto de intersección puede encontrarse en el mismo sitio o bien estar desplazado en otro punto de emergencia de las radiaciones verticales del agua.

    Por el mismo procedimiento pueden descubrirse capas de agua subterráneas durmientes, cuya extensión es a veces considerable.

    Siendo sus radiaciones mucho más débiles que las de las aguas corrientes, resultan más difíciles de discernir y por este motivo el operador debe reforzar sus medios, de acción: Estado pasivo de espera y atención voluntaria. Además las aguas durmientes  se encuentran, a veces, en cavidades que emiten radiaciones particulares.

    POR LA EXPRESIÓN del deseo, es preciso llevar pues al inconsciente a que opere en la selección de las radiaciones; ejemplo:  “DESEO hacerme sensible a las radiaciones verticales del agua o de las cavidades que existen en el suelo y hacerme insensible a todas las demás radiaciones”.

    LAS BÚSQUEDAS de agua deben hacerse con mucho cuidado, ya que puede ciar origen a trabajos costosos, que en casos de error serian motivo de una pérdida total.

  PROFUNDIDAD DEL AGUA 

    La profundidad de la corriente de agua bajo tierra, se deduce del principio que demostramos en la figura 1. En efecto, los planos de las radiaciones, al elevarse verticalmente encima de las orillas, son los más perceptibles y se ha notado que al operar sobre un terreno llano que cubre el suelo homogéneo, la distancia que separa el plano B del plano O, siendo igual a la distancia 1, 3 se puede medir la profundidad de uno u otro lado de la corriente.

  (figura 4.) 

    De todos modos no se debe fijar demasiado en una regla tan sencilla, ya que en ciertos casos se reveló capaz de dar valuaciones a menudo erróneas y esto sucede, sobre todo, cuando varia a corrientes de agua circulan poco más o menos paralelamente y están separadas por pequeñas distancias. Para averiguar la profundidad, entre todos los métodos, los más seguros son los que ponen en juego un inconsciente bien entrenado.

    Cuando el terreno forma pendiente, como en la.

 (figura 5.) 

    Las distancias de las radiaciones verticales. es tomadas de las orillas de una y otra parte, no son iguales. La distancia B, E' del lado más tajo es más corta que la distancia 1), E, La profundidad es entonces sensiblemente igual a la mitad de la suma de las dos distancias.

    Los TERRENOS no homog4neo.s la medida de la profundidad presenta serias dificultades, hasta el punto que constituye los mayores escollos encontrados por los radiestesistas, cuya prospección resulta macho más fácil si puede ayudarse por algunos conocimientos geológicos.

                                               LOS TERRENOS 

    LOS TERRENOS que tienen más o menos hendiduras, general mente dan las distancias B, C, y D, E, desiguales y más débiles que las que corresponderían a su profundidad real, ya que las radiaciones emitidas por las corrientes están desviadas o refractadas contra las irregularidades del suelo. En los terrenos arenosos o arcillosos la difusión de las radiaciones en los elementos finamente divididos .3. suelo es tal que en la evaluación de la profundidad se ven obligados a añadir el espesor de los bancos de arcilla, para compensar los errores debidos a su presencia.

    Ahora bien, como que existen húmeros operadores que en la búsqueda de la profundidad presiden en sus métodos de el posible espesor de los estratos arcillosos  en cuanto a sumar dicho espesor a la profundidad  y rasan a localizar directamente por convención  mental la profundidad real del agua, coronando el éxito sus prospecciones, y como que por otra parte el estado actual de los conocimientos científicos no permiten aseverar en absoluto que los estratos arcillosos disminuyan la profundidad real, sin que hasta la fecha nadie sepa exactamente quien lanzó tan fantasiosa hipótesis, que mientras los trabajos de unos parecen confirmar, los de los otros desmienten rotundamente, cabe creer que se trata de un fenómeno de autosugestión inconsciente, que establece a priori una convención mental que hace que los operadores que creen en la misma, encuentren realmente la Profundidad real disminuida en el espesor de los bancos de arcilla, mientras que los demás operadores prescinden de esta superflua convención, pasando directamente a encontrar la profundidad real, estratos a callosos incluidos.

    La búsqueda de la profundidad se efectúa por muy diversos métodos; el operador puede adoptar el que crea más conveniente según su personalidad.

    En la base de la mayoría de estos métodos, se encuentra un principio común que consiste en con contar algo, con  determinado compás, fijado por convención  mental: números, monedas, guijarros, con el talón sobre el suelo, unidades de tiempo, pasos, etc.

    LA CONVENCIÓN mental atribuye a cada unidad un valor correspondiente a determinada fracción de la profundidad busca. Así por ejemplo, si se cuenta por segundos conviniendo mentalmente que un segundo representa 5 cm. De profundidad, la baqueta deberá levantarse ó el péndulo entrar en giros, cuando se alcance el número de segundos correspondiente a la profundidad; si el instrumento acusa una reacción al cabo de 100 segundos, la profundidad será igual. A 100 x 0’05= 5 metros; si llega a 200 segundos será de 10 metros y así sucesivamente • Se tiene interés en adoptar una pequeña equivalencia en centímetros para cada segundo, a fin de obtener una valuación más precisa de la profundidad sin tener que contar tanto tiempo.

    PARA BUSCAR la profundidad los radiestesistas se coloca directamente sobre la corriente del agua; después expresa su deseo "deseo hacerme sensible solamente a la profundidad del agua que corre (ó existe, para el agua durmiente) en el suelo, bajo mi pie” Aquí la interrogación se reemplaza por la numeración de los segundos: uno, dos, tres, cuatro, etc.

    PERO en vez de contar acompasadamente, pueden adaptarse los sistemas interrogaciones directas, diciendo:  a está a un metro de profundidad?, ¿a un metro cincuenta?. ¿ A dos metros etc. y el instrumento debe reaccionar cuando la profunda anunciada corresponda aproximadamente a la profundidad real.

    POR INTERROGACIONES se encuentra si la profundidad comprende al espesor de los bancos de arcilla. El operador teniendo en sus manos una boleta de arcilla Como testigo, o un testigo artificial, interroga: "Exactamente a esta profundidad hay arcilla?" El péndulo en oscilaciones indica su presencia por los giros; si no la hay, continúa en oscilaciones. Una nueva interrogación fija el espesor del banco, si se desea. Pero antes de buscar la arcilla, el operador debe expresar su deseo: "Deseo hacerme sensible a la presencia de la arcilla que pueda interponerse en la profundidad del agua, que existe en suelo, bajos mis pies".

    CASO QUE EXISTA ARCILLA, es preciso añadir el espesor, a la profundidad encontrada; así pues, por ejemplo, si se encontró agua a 25 metros y que se haya descubierto una capa de arcilla de 1'75 de espesor, el agua realmente se encuentra a 25 4 1’75 =  2675 metros. Todo esto, claro está, para aquellos operadores que crean que la arcilla falsea la profundidad.

    TAMBIÉN se ha imaginado otro medio para determinar la profundidad agua. Este consiste en clavar una estaca metálica en el suelo, en el eje central de la corriente del agua.

 (figura 6)

    Después  se fija en ella un hilo de cobre de un diámetro cualquiera, que se desarrolla perpendicularmente al sentido de la corriente, manteniéndolo por medio de otras estacas, ligeramente separado del suelo.

    El operador, baqueta ondulo en mano, camina sobre él habiendo establecido por convención mental que cuando atraviese el punto distante de la primera estaca, desde donde inició Su recorrido, la misma distancia de la base de aquélla a la superficie del agua, su instrumento reaccionará.

    Este método no es más que una variante del de los 45, siendo su uso muy extendido.

En un principio se creyó que las radiaciones del agua se extendían por el hilo metálico en idéntica distancia a la profundidad a que aquella se encontraba. Este hecho, carente de todo fundamento científico y que fue el motivo de que muchos operadores aislasen cuidadosamente el hilo de todas las estacas menos de la primera para establecer un hipotético contacto, quedó seriamente desvirtuado cuando algunos operadores empezaron a emplear un hilo de cáñamo en vez de cobre, puesto que mal se podía pretender mantener la existencia de radiaciones de las que el cáñamo fuese un buen conductor.

    Y lo que terminó de demostrar plenamente que el método del hilo de cobre no e más que una convención mental y que es el inconsciente, operando a través de las indicaciones obtenidas por la emisión de radiaciones psíquicas o mentales, quien determina la profundidad, fue lo siguiente:

    Que el hilo de profundidad puede ser empleado para valuar profundidades muy superiores a su longitud. Es suficiente admitir por convención mental que tal fracción de longitud del hilo corresponde a tal profundidad; esta consideración demuestra bien cual es su verdadero Carácter  radiestésica.

    CIERTOS RADIESTESISTAS emplean otro procedimiento para apreciar LA profundidad. Toman como base la altura del péndulo, puesto en oscilaciones en la mano derecha. Cuando el agua es poco profunda, el péndulo entra en giros a la altura de dos metros; bajando la mano hacia 1'75.m  el agua esta a 25 metros; 1’50 m el agua está a 50 metros; m el agua está a 50 metro; 1’25 m el agua está a 1 metro: Otros autores toman las alturas al nivel de los ojos, del pecho, la cintura, las rodillas, los tobillos del operador. Es una regla empírica que cae por la base, ya que hay hombres de pequeña y gran estatura y, entonces, también aquí interviene una convención mental. Las alturas tomadas sobre el hombre son independientes de toda valuación numérica.

  CAUDAL DEL AGUA

    BUSCAR EL CAUDAL de una corriente de agua subterránea es una operación bastante difícil; El caudal esta determinado por la sección transversal de la corriente de agua y por la rapidez de su derrame. Existen diferentes métodos para valuar este caudal y la convención mental forma, también, la base de cada uno de ellos.

    Hay operadores que han notado que para una determinada corriente, la baqueta daba un numero determinado de golpes, bajando y levantándose alternativamente y el péndulo un numero fijo de oscilaciones invariables sobre todo el recorrido de la corriente. Si la corriente se divide, el numero de golpes u oscilaciones sobre cada derivación disminuye, pero su suma es igual al numero de golpes u oscilaciones, que se obtuvieron sobre la corriente principal. Si dos o más corrientes de agua se reúnen, la suma de las oscilaciones y golpes obtenidos, sobre cada una de ellas, es igual a la que se obtiene sobre la corriente resultante. Partiendo pues, de las consideraciones precedentes, pueden hacer estudios de evaluación sobre corrientes de- agua de diferente importancia, para establecer tablas, ya que el número de oscilaciones o de golpes parece muy ligado a la importancia del caudal; puede deducirse, también, del fenómeno observado que cada golpe o cada oscilación equivale a un valor arbitrario, que corresponde a un numere determinado de litros.

    EL OPERADOR se coloca sobre la corriente, de cama la parte alta, teniendo en la mano su instrumento, y cuenta, exactamente  los movimientos, basta que se pare completamente. Si conviene  consigo mismo que un movimiento corresponde a 1 paso de X litros de agua y que habrá tantos movimientos como tantas veces 1 litros de agua pasen en 1 minuto, si por ejemplo conté cuarenta movimientos, el paso de agua por minuto será igual a cuarenta multiplicado por X.

    Al igual que para la profundidad, muchos operadores establecen convenciones mentales personales, a base de contar determinada  unidades de cosas, monedas, golpes de talón, etc., a un determinado compás, mientras que otros se limitan a meras preguntas o interrogaciones sobre la cantidad de litros de agua por minuto, por hora, etc.

    Sobres la evaluación del caudal hay que ser muy prudentes, realizando muchos ejercicios prácticos de comprobación antes de atreverse a dar un diagnóstico exacto, en una búsqueda real.

    Hay que tener presente que, como que entre un estudio radiéstesica y la terminación de la perforación de un pozo pueden transcurrir bastante tiempo, generalmente ocurre así, el caudal en centrado en el momento de hallar la veta o corriente subterránea puede ser muy distinto al encontrado en el momento del estudio se comprende perfectamente si ambas cosas, como es frecuente, se realizan en épocas o estaciones distintas del año. No pasa la misma cantidad de agua por una veta, sobré todo si no es muy profunda, en verano que a últimos de invierno.

    La localización de corrientes de agua subterránea sobre el terreno puede considerarse cono el prototipo de las búsquedas radiestésica de todas clases, ya que los mismos métodos, convenientemente adaptados, son los que se usan en la localización de yacimientos minerales, paveras, etc.

    Mas, lo que hay que tener siempre presente es que en radiasteis, al igual que en todas las actividades humanas, los más espléndidos éxitos se consiguen solamente tras una cuidadosa especialización. Es por ello que el operador radiestésica, que verdaderamente quiera destacar en este bello y apasionante arte, debe especializarse únicamente en uno, a lo más dos generes de búsquedas determinadas.

    Solamente los genios radiestésicos, y de éstos existen pocos, pueden dedicarse con éxito a todo genero de prospecciones, pero estos hombres poseen cualidades y aptitudes especiales, entre las cuales juegan un gran papel las derivadas de una genealogía he reeditaría.

  EL ESTENOSCOPE

    Antes de pasar a hablar de las prospecciones radiestésica a distancia o Tele radiestesia, queremos brindar a nuestros lectores la oportunidad de entrenarse, mediante un sencillo dispositivo, en la práctica de la atención y concentración voluntarias y en la exteriorización del pensamiento, tras cuyo entrenamiento adecuado estarán en condiciones inmejorables para afrontar con  garantías de éxito este apartado, apasionante y maravilloso, de la radiasteis, que es la Tele radiestesia.

    Este dispositivo dé entrenamiento, denominado ESTENOSCO PE, de cual datos los detalles de los materiales que entran en su construcción  así como las dimensiones y forma de montaje, tiene la ventaja que puede ser construido por todo el mundo, a un precio de coste nulo, puesto que lo que se necesita para su construcción y adecuado funcionamiento no es más que  aguja de coser, un tan  de corcho, aria tarjeta de visita y un papel de  y una gran perseverancia, puesto que no siempre da inmediatamente los resultados apetecidos, a menos de poseer, ya de naturaleza, unas con resultados especiales para la exteriorización del pensamiento.

(figura 7) 

    Está compuesto de un agua de cartón delgado, que se puede recortar de una tarjeta de visita. Dicha aguja forma en B por medio de un pliegue una pequeña asa, que debe procurarse no forme un ángulo interior a demasiado pronunciado. En b se coloca un pequeño estribo de papel de seda, cuyas funciones otra que aumentar la superficie sobre la cual debe volver  la fuerza, que pondrá la aguja en movimiento • Este pequeño estribo es colocado simplemente sobre la rama e dé la agua a de cartón. En O se coloca un pequeño contrapeso a, recortado de la misma tarjeta de visita, tendiendo a equilibrar la aguja cuando ésta es colocada sobre su pivote E, formado de un alfiler de acero muy delgado (puede servir una aguja de coser) atravesando un pequeño tapón de corcho, que le sirve de soporte. EL alfiler debe estar bien vertical y su punta bien afilada.

    La aguja A debe ser delicadamente colocada sobre su pivote, la parte media e1 asa B en contacto con la punta del alfiler P, corno muestra la figura, y, cuando todo el sistema está bien equilibrado, se dispone de un equipo móvil de la más alta sensibilidad, influenciado por los menores movimientos de aire. Es por ello que cuando sé experimentar debe trabajarse dentro de una habitación bien cerrada, sin que haya corriente de aire alguna.

    El operador, cómodamente sentado, debe colocar el dispositivo sobre el borde de una mesa, el estribo b girado hacia él. Cuando la aguja esta completamente inmóvil, se acerca muy lentamente, para no originar ningún movimiento del aire, una de las dos manos, manteniéndola verticalmente a una distancia de la aguja de unos ocho milímetros, poco más o menos, en la posición representada en punteado en la.(figura 7.)

    Al cabo de unos diez segundos aproximadamente, la aguja es atraída por el dedo más cercano a ella y entra en contacto con el mismo Es bueno repetir el ejercicio con una y otra nana alternativamente hasta obtener una obtener rápida Hasta este momento el fenómeno de atracción de la aguja es producido únicamente por la exteriorización de energía nerviosa. si intervención mental de ningún género. Mas, si entonces se manifiesta mentalmente el deseo de atraer o repeler la agua, es cuando después de una serie dé ensayos infructuosos, mas o menos prolongados ensayos el individuo, termina por obedecer a la mano del operador el pensamiento motriz, modificando el sentido de la acción de las radiaciones nerviosa que emanan de la mano.

     La experiencia se prosigue a continuación sin la intervención de la mano, provocando el desplazamiento de la aguja en Un sentido o en el otro, únicamente por medio del pensamiento motriz exteriorizado.

    Nosotros debemos decir en honor de la verdad que solamente una minoría de personas es capaz de hacer mover el Estenoscope por medio del pensamiento, sobre todo por falta de perseverancia en los entrenamientos, pues muchos podrían llegar a lograrlos, estando, entonces, en las mejores condiciona tras estos ejercicios de llevar a cabo con exilo cualquier clase de prospección radiestésica y sobre todo telerradiestésica.

    Los ejercicios por medio del Estenoscope deben llevarse a cabo estando solos, pues la presencia de espectadores dificulta, cuando no imposibilita totalmente, la obtención del fenómeno. Para llevar a cabo éste, debe operarse en las mismas condiciones que en una operación radiestésica, sin olvidar nunca el ESTADO PASIVO Y LA CONCENTRACIÓN.

  ESTADO PASIVO Y LA CONCENTRACIÓN.

    Las imperfecciones de la percepción humana en radiasteis, nunca que sepamos, dieron lugar a que los autores que han disertado y demostrado el mayor interés por la radiasteis se preocupasen en lo más mínimo de la educación y perfeccionamiento del maravilloso mecanismo mental del hombre. Quizá no se pensó en tal perfeccionamiento o se creyó imposible y tal vez no interesaba por serles inconcebible.

    Se ha exagerado el éxito de diversas prospecciones, disimulado los fracasos, intentado perfeccionar los instrumentos del Zahorí, tan sencillos y perfectos y, explicado lo rete rente a fenómenos Radiestésicos y Físicos, oreando aparatos basados en principio fantasioso, empleados intempestivamente, pero por ignorancia, por temor a la crítica, se ha descuidado lo más importante do la Radiasteis; La acción mental del operador, que es el TODO; sin ella no hay Radiasteis posible.

    Y ES ESTA ACCIÓN MENTAL la que por una enseñanza apropiada, por búsquedas incesantes, por ejercicios bien comprendidos, tenía que haberse procurado hacer más potente, más sutil, más eficaz y, sobre todo más lúcido, pues íntimamente ligado a la actividad subconsciente, NADA puede hacerse sin ELLA en radietesia.

     DIA LLEGARA en tus convencidos los Radiestesistas del TODO que es la acción y educación mental, deciden emprender el perfeccionamiento  del más preciado de sus medios.

    EN LOS DIVERSOS CURSOS donde se pretende ensañar la radiasteis, eh realidad, que se hace, se enseña métodos basados sobre concepciones utilizando (sin que se diga) la sugestión como base esencial de la técnica, cono por ejemplo asimilar el organismo del practicante a un receptor de T S H, y ensayando introducir eh el dominio de la física hechos pertenecientes al dominio mental.

    Y LOS CREADORES de diversos aparatos destinados d la búsqueda de rayos radiestesicos  proceden de los mismos errores. Él campo de las búsquedas está ampliamente abierto, pero los que primeramente se pusieron  recorrerlo, partieron de una base si no precisamente falsa, poco menos, pues revelan fenómenos ya conocidos pero mal elegidos para penetrar en un dominio aún inexplorado.

    EN EL ESTADO ACTUAL todos los fenómenos que dependen de la electricidad o del magnetismo parece que pertenecen a un orden de hechos muy diferente de lo que ha podido observarse en las experiencias radiestesicas. Los fenómenos radiestesicos no son únicamente el resultado de las búsquedas de aguas o de los minerales, dependen también de la búsqueda de objetos, personas etc. Así pues, si se quieran orear aparatos para explorar loe campos de fuerza electromagnéticos o el magnetismo terrestre potencial atmosférico y campos de influencia que existen alrededor de cuerpos diversos, precisan necesariamente que de ellos se haga dos categorías.

     En la primera podrán clasificarse todos los aparatos sensibles alas radiaciones magnéticas o electromagnéticas y a demás todos los que hasta el presente ya estén establecidos como, prendiendo solamente dispositivos electromagnéticos derivados de dispositivos más antiguos, he aquí una convicción de un gran minero de zahoríes de que la electricidad y el magnetismo son la causa de todos los fenómenos radiestesicos. Es una manera un poco simplista de ver las cosas haciendo abstracción del papel  fundamental que tiene el operador.

    EN LA SEGUNDA categoría pueden aliñares los aparatos especialmente estudiados para explorar los campos surgidos de las fuerzas desconocidas.

    Estos aparatos obligatoriamente deberán tener dispositivos insensibles a las radiaciones electromagnéticas y aquí es precisamente la dificultad quizá más aparente que real pero una barrera a todos los buscadores que se mantuvieron extraños al estudio de las fuerzas mentales y otras fuerzas diversas que pueden revelar su existencia por manifestaciones visibles.

    QUE SE CONCIBAN los aparatos electromagnéticos con el fin de discernir las modificaciones producidas localmente en el magnetismo terrestre por influencias especialmente prominentes de la presencia de yacimientos o de corrientes de agua, dando existencia a campos de fuerza, y permitiendo así deducir la existencia del agua o de los yacimientos, está perfectamente, pero pretender utilizarlas con vistas a descubrir formas de energías que no se refieran al magnetismo o a la electricidad, es un ERROR CANTAR DE UNA MANERA absoluta con la constancia de las fuerzas mentales, con su eficacia permanente, seria una ilusión peligrosa, teniendo en cuenta la falta de preparación psicofisiologica.

    Por él contrarío, mas bien un desfallecimiento de estas fuerzas que al debilitarse falsean su funcionamiento y alteran sus manifestaciones. Los numerosos errores se deben a la falta de preparación mental del operador.

    BUSCAR APARTADO 

    Que tengan un funcionamiento físicomecanico para sustituir  el desfallecimiento del poder psíquico está muy bien, pero sin olvidar que el perfeccionamiento de este poder será siempre superior al del aparato.

    Antes de pasar revista sumariamente a los aparatos utilizados para comprobar la búsqueda radiestésica hay que constatar que aparatos estudiados para búsquedas muy diferentes puedan ser útilmente empleados.

    EL PRIMER APARATO en el cual se pensó para las búsquedas radiestesicas fue el magnetometro del abate fortín, estudiado para constatar las variaciones del magnetismo terrestre bajo la acción de diversas causas metereologicas, después de algunas simplificaciones no constaba más que de un bloque magn4tioo de forma oblonga interiormente acanalado y constituido por un enrollamiento de 5000 espiras de un tino alambre recogido y aislado. Este bloque fijado sobre uno de sus campos en el zócalo del aparato es taba sobrepujado por un cuadrante circular dividido en 360~ encima del cual podía dar vueltas una aguja de cobre muy ligera suspendida por un hilo de abrotano a una espacie de pescante. El todo estaba enterrado en una campana de cristal. En 1904 se hizo la primera aplicación del magnetómetro en la búsqueda de aguas del subsuelo.

    Derivado del magnetómetro de fortín es el aparato suizo de SCHMID destinado a los mismos usos y cuyo empleo en las búsquedas de aguas subterráneas no tenia efecto sin numerosas complicaciones. Después vino el aparato americano del profesor Hayz. Siempre inspirado en el de fortín, pero cuyo bloque multiplicador comprendía dos veces mas de espiras de alambre que su antecesor y cuya aguja era de acero y desigualmente imantada. El aparato de Hayz como el de Schmid, debía emplearse obligatoriamente entre las  nueve de la mañana y las tres de la tarde.

    FINALMENTE MAJEN habiendo reconocido los inconvenientes de los precedentes aparatos los perfeccionó creando su indicador Galvanom4trieo de las aguas subterráneas en movimiento que podía utilizarse desde la salida hasta la puesta del sol. El aparato no permitía operar más que en terreno descubierto con tiempo claro y calmado. No indicaba las capas de agua inmóviles y sufría la influencia de las masas metálicas y de los conductores de alta tensión de la cual debía estar bastante alejado para funcionar formalmente.

    EN SUMA se ve que los diferentes, aparatos magnéticos han sido ensayados exclusivamente en la búsqueda de aguas subterráneas corrientes de las cuales pudieron indicar con bastante exactitud su presencia por derivaciones del magnetismo terrestre o polinización de ciertos espacios sobre pujando la corriente de las aguas, es un resultado interesante pero muy estrecho en comparación con el inmenso campo qué abarca la Radieatasia.

    AUN HAY otros aparatos de principios diferentes que han sido empleados para las búsquedas radiest4sicas con el fin de extender el alcance de las prospecciones. Entre ellos se encuentra el péndulo Gravimétrico Hollweçk-Lejay cuyos inventores al construirle seguramente no previeron que podía servir a los Zahoríes; que por ello experimentaran un sentimiento de orgullo es muy dudoso, pues los Zahoríes tienen una reputación poco envidiable que los puros espíritus científicos vacilara siempre en comprometerse con ellos. Sea como fuere este péndulo especialmente construido para estudiar las variaciones de la gravedad ha permitido hacer en radiasteis interesantes constataciones. En efecto, la gravedad no tiene una intensidad del mismo valor en todos los puntos de la tierra y ha sonido para buscar una zona que dando la vuelta al globo la fuerza de la gravedad se ejerza con la misma intensidad en todos los puntos de dicha zona.

    SIN TENER nada de común con el modesto p6ndulo de los Zahoríes cuyo grado de sensibilidad es suficiente en razón de la precisión necesaria a la ejecución de sus cálculos los inventores han imaginado otro dispositivo (1) en el cual se encuentra el principio del metrónomo de Maetzel. La masa del péndulo es una pequeña baqueta de cuarzo a la que sirve de soporte una delgada lamina metálica fijada sobre el zócalo del aparato y cuya flexión permite que el péndulo oscile. El régimen de oscilaciones está reglamentado por una corredera móvil en cuarzo que puede hacerse resbalar sobre la baqueta de la misma materia parándola a la altura que se quiera. Los desplazamientos de la extremidad la baqueta se examinan por medio de un amplificador óptico.

    LA SENSIBILIDAD de este aparato es tal que sus pulsado mes están influenciadas por los campos magnéticos o eléctricos de minina intensidad; así es que es capaz de revelar las más pequeñas variaciones de la gravedad.

    MIENTRAS ESTAMOS En el terreno de la gravedad de paso veremos otro aparato cuyas indicaciones están en sensible nexo con los del péndulo Hollweck-Lejay, aunque sean más dilatadas; la balanza de Eotvos físico húngaro, la cual permite revelar con una gran precisión las variaciones de la gravedad.

    Utilizado por los geólogos y por algunos radiestesistas es una balanza de torsión cuyo hilo soporta una palanca muy ligera terminada por dos esferas. Si la intensidad de la gravedad es diferente al sitio ocupado por cada una de las esferas se produce variaciones en la duración de las oscilaciones del sistema.

    ESTA BALMIZA permite el examen de las anomalías localizadas cuya causa se encuentra en el reparto de las masas de  densidades diferentes del subsuelo pero sus indicaciones no se refieren especialmente a la acción vertical de la gravedad o a causas dependientes de los accidentes del subsuelo sino a acciones que se ejercen en no importa que dirección que disminuyen progresivamente mente por la distancia como la  atracción entre masas vecinas definidas por la ley física bien conocida; la atracción es proporcional a las masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa.

    LA BALANZA de Eotvof es de una tal sensibilidad que indica la presencia de muy débiles cantidades de metal ocultas en el suelo con mayor razón sus indicaciones son realmente positivas cuando existen importantes yacimientos.

    EN CONCORDANCIA con las indicaciones de la baqueta o del péndulo, las indicaciones de esta balanza constituyen un verdadero instrumento de física. A cierta distancia puede aún desea brir la existencia y la dirección de cavidades subterráneas, d~ fallas, de objetos e incluso de personas invisibles y de las que les es posible enseguida constatar la presencia; En suma, obra en búsquedas limitadas sin selectividad especial en presencia de fuerzas diversas componiendo un campo resultante y uno acaba por pensar que datas fuerzas con las cuales oree encontrarse al cuestionar en radiasteis no son en el fondo sino manifestaciones di versas de una sola y misma energía. Este modo de ver es muy ver6 símil teniendo en cuenta que en física como en fisiología se admite la permuta de estas fuerzas entre ellas cambiándose la forma de una por la forma de la otra. Finalmente se constata y se mide cuando es posible que formas diferentes de energía dan efectos diferentes, es date una probabilidad que hace verosímil suponer que un aparato propio para descubrir y medir uno o varios de estos efectos puede no ser capaz de descubrir y medir los otros. Ver la ilustración del 22 de Julio de 1933 y el genio civil n 26 del año 1923 página 648 donde este dispositivo esta descrito.

    ESTA PUES FROBAJYD que una categoría de aparatos sirve para conocer la existencia de los campos de fuerza pero con otros aparatos los electrómetros ultra sensibles pueden medirse además las variaciones del potencial y el grado de ionización en ciertos lugares.

    SERIA INTERESANTE hacer el examen de los detalles de construcción de todos estos aparatos y de estudiar sus aplicaciones pero dada la estreches de limitas en que pueden ser empleados examinaremos solamente otro dispositivo y muy notable el del ingeniero Italiano De Vita construido por los establecimientos Firrao y Viqain en Roma.

    PARA PRESENTAR el dispositivo de  Vita nos vemos obligados a dar algunos detalles técnicos sobre su constitución interior, pedimos nos perdonen los lectores poco preparados pare comprenderlo. Este dispositivo al cual su inventor día el nombre de ELECTROMETRO  DE VÁLVULA 'TEIMO-IONIOA comprende esencialmente una válvula con dos rejas bastante aproximadas y colocadas entre el todo y el ¿nodo montadas en un aparato cuya forma recuerda la de un receptor de TSH.

    Una de las rejas está unidad a una antena exterior y sometida así al potencial del aire que hace variar su propio potencial.

    La otra reja enlazada en derivación sobre el circuito principal permite regular la tensión entre los electrodos y las rejas.

    EL, DISPOSITIVO funciona bajo una tensión entre los voltios en el ¿nodo; el reglaje de la tensi4n del c4todo que puede ponerse a tierra se hace por un circuito secundario.

    En las partes de estos circuitos que llevan intensidad des diferentes se montan milíamperímetros de mucha sensibilidad en los cuales el miliamperio está repartido sobre toda la graduación del cuadrante cuando el potencial de reja es más bajo que el potencial del ¿nodo la Corriente del ¿nodo no sufre ningún cambio ya que los electrones esta llevados sobre el ánodo y cuan do el potencial de reja sobrepasa el potencial anodino la reja a su vez atrae los electrones y le corriente pasando por el miliamperímetro va disminuyendo de intensidad. En suma, la reja desempeña el principal papel regulando el paso de los electrones según la altura de su potencial con relación al del ¿nodo: obra como una válvula regulando la salida de los electrones o parándola.

    LA BREVE EXPOSICIÓN del dispositivo de Vita permite al lector familiarizado con la TSH comprender su funcionamiento. Sus aplicaciones son del más alto interés y las primeras experiencias que permitió realizar tuvieron por objeto el estudio de las perturbaciones causadas en los campos eléctricos de la atmósfera por las aguas subterráneas.

    LAS RADIACIONES emitidas por el agua, producen por ionización una conductibilidad mayor que el aire, la cual determina una bajada de potencial dé la atmósfera.

    Encima de las corrientes de agua subterránea, la conductibilidad eléctrica del aire, es pues, mas elevada que la conductibilidad normal y de estas experiencias puede deducirse que las variaciones del potencial del aire pueden producir reacciones radiestésica como lo han probado las reacciones sentidas por opera dores no informados de las existencias de estas variaciones las cuales de antemano había ya revelado el aparato de  Vita.

    EL INVENTOR debió aportar perfeccionamientos sucesivos a su dispositivo pare aumentar su grado de precisión. Nosotros no podemos reproducir aquí todas las fases de su trabajo, ni hablar de todos sus ensayos pero obtuvo una tan sensibilidad en su apara té que el exceso de la misma dio por resultado que se convirtiese en un serio inconveniente.

    EFECTIVAMENTE para dar frito a las experiencias es necesario que se alejen del apartado todas las causas que puedan transformar su funcionamiento y alterar sus indicaciones. La presencia de algunas personas en su proximidad, el paso de una corriente eléctrica en un conductor cercano es origen de perturbaciones molestas.

    Se comporta exactamente como un radiestesieta en el curso de una prospección cuando está rodeado de espectadores y sufre su influencia.

    EL EXCESO de sensibilidad de los aparatos necesita como consecuencia de las consideraciones precedentes la calma perfecta de la atmósfera y la constancia, de su serenidad si no sería imposible emplearlos para observaciones útiles ya que toda perturbación de origen magnético eléctrico  higrométrico no permiten comparar los resultados de sucesivas observaciones.

    LA BRÚJULA DOBLE 

Muy útil pare verificar la existencia de una corriente que agua subterránea registrada por la baqueta o p4ndulo, permitiendo medir las variaciones del campo magnético local se compone de dos agujas imantadas colocadas sobre dos soportes superpuestos verticalmente en un bastidor. El soporte de las brújulas inferior es fijo; el de la brújula superior es móvil y puede, mediante un tornillo de regulación, ser subido o bajado a voluntad. A medida que se baja la brújula superior, las dos agujas forman entre sí un ángulo de desviación que tiende a aumentar.

    FUNCIONAMIENTO. Tracemos una perpendicular en la corriente de agua supuesta y midamos una longitud de 5 metros a un lado y a otro.

    Ponga el aparato en el extremo de la línea (punto) Aproximemos las dos agujas para obtener un ángulo de desviación comprendido entre 20 y 50 grados. Lleve a continuación la brújula pila doble a un metro de allí punto (1). Midamos el ángulo marcado sin tocar las agujas, sea, por ejemplo, 34 30", y continuemos así de metro en metro. En el punto 5, o sea, en el medio de la corriente registraremos una mayor variación. Llevando estas variaciones sobre ejes rectangulares, poniendo en las abscisas las distancias y en las ordenadas los ángulos encontrados, obteniendo un gráfico que, en el punto 5 a verificar, presentara una várice característica.

     SE REGISTRARA una caída notable, en lugar de un vértice, si es un subterráneo o cavidad. Este aparato es muy útil para hacer mediciones encima de las corrientes de aguas subterráneas indicadas por los radiestesistas, señalando modificaciones notables del campo magnéticos local. Derivado de la brújula doble son los llamados carametros en los cuales se ha reemplazado una de las agujas imanadas por un solenoide recorrido por una cernerte, o por un imán. Estos perfeccionamientos son con el fin de suprimir una de las das lecturas de ángulos, en los Gerametros solo hay que hacer una lectura de ángulos, evitando errores de lectura y de sustracción, su funcionamiento es igual que la brújula doble se lleva el Gerametros así regulado al punto O de la alineación. Allí se retira el imán y se orienta la caja; luego vuelve a ponerse el imán, se mide el ángulo, se traza el gráfico y se obtiene una figura análoga a la curva obtenida con la doble brújula.

    Y PARA CONCLUIR la cuestión de los aparatos puede resumirse así; ciertas indicaciones proporcionadas por un operador pueden ser controladas por aparatos pero el radiasteis puede ejercer sus aptitudes a cualquier distancia y sobre cualquier clase de objetos mientras que con los aparatos únicamente pueden revelar variaciones de potencial resultantes de los accidentes del sur suelo y a distancias limitadas. Este estado de cosas caracterizado en esta torna parecen reservar aún un porvenir brillante a la radiasteis mental, mientras quiera comprenderse la imperiosa necesidad de desprenderse todo lo que sea posible del amplísimo y de  basar su empleo sobre los datos psicofisiologiacs racionales.

    PERO AL LADO de los aparatos que tienen un acercare netamente científico, existen otros en los cuales se han colocado dispositivos eminentemente fantásticos, cuyos inventores naturalmente cuidan de guardar el secreto; algunos podíamos citar cuyas propiedades son verdaderamente extraordinarias, según dicen sus autores; son capaces de abordar cualquier género de prospecciones, de descubrir no importa que cosas, uno de los más curiosos funciona por medio de substancias misteriosas colocadas en cápsulas herméticamente cerradas que se introducen sobre un soporte que al doblegarse de un modo más o menos acentuado indica si hay concordancia entre la radiación que viene del exterior y la de la cápsula; es el empleo de los testigos hechos automáticos pero es preciso comprar centenares de cápsulas acompañando al aparato. Nosotros no pudimos jamás obtener precisiones sobre los resultados; certificados auténticos de todos estos aparatos, sabemos solamente que se vendían muy caros.

    AL DEPLORAR la presencia de tales producciones en el mercado de la radiestesía, es al mismo tiempo consolador, comprender que no pueden tener ningún éxito por parte de los operadores inteligentes al igual que los péndulos y las baquetas complicados. No pueden pues perjudicar en absoluto el arte de los zahoríes ya que puede ser comparado a las especialidades médicas vendidas por charlatanes las cuales no pueden perjudicar al arte médico cuando menas en lo relativo a las doctrinas médicas y a la reputación de los médicos serios.

    CIERTOS buscadores creen haber comprendido que es en el empleo de los aparatos auxiliares donde debía verse el progreso en radiestesía y desde hace varias efes según parece se han empleado con éxito diferentes dispositivos establecidos para captar las emanaciones de los cuerpos y orientarlos después de haberlos seleccionado.

    Citaremos "el Radiocaptor" del doctor reynault y del profesor  Larvaron. Armando Vire habla de ello en su libro 'como se llega a zahorí', sin dar detalles, lo que es una verdadera lástima haciendo lo mismo con otro aparato debido a un colaborador de Vire, M. Boche.

    Nosotros no podemos extendernos en los resultados obtenidos con estos dispositivos pues no hemos tenido aún la posibilidad de ensayarlos personalmente.

Y seguiremos