CRITICAS

CAZA ESPÍRITUS


Resumen del libro titulado: El cazador de espíritus 2ª edición.
Autor: Víctor Colomer.


Resumen
La obra titulada El cazador de espíritus es una recopilación
periodística de las vivencias de un hombre al que Víctor Colomer
define como exorcista. Este hombre se llama Antonio Jiménez.

La característica fundamental de los poderes especiales que se escriben en
el libro y que se afirma que tiene Antonio Jiménez, son: que es capaz
de percibir y cazar los espíritus, que bien pueden estar en el ambiente,
o bien acompañar a determinada persona, y que en la mayor parte de
los casos, afirma Antonio, que son inofensivos, pero en muchas
ocasiones pueden causar graves trastornos a la vida del individuo al
que acompañan.

Dentro de esos trastornos se hallan graves problemas
de salud. En el libro se cuenta como gracias a la intervención de
Antonio y la ayuda de la vidente Mª Angels, en Sabadell, numerosas
personas pudieron mejorar su salud, la cual afirman que se hallaba
gravemente afectada por la influencia nociva de algún espíritu, o
espíritus que acompañaban a dichos pacientes.


Sin necesidad de entrar en discusiones filosóficas, sobre idealismo o
materialismo filosóficos, después de haber leído atentamente el libro, si
las cosas que en él se dicen son verdad, sobre todo lo relativo a los
efectos positivos producidos sobre la salud de muchos pacientes
atendidos, está claro que Antonio Jiménez tiene unas facultades
especiales, la explicación de las cuales hoy por hoy no se hallan al
alcance de nuestra ciencia.


Como la filosofía es una parte del saber humano que se aplica en la
explicación de los fenómenos o hechos que no está en disposición de
explicar la ciencia, en este caso apuntaré lo siguiente: Desde muy joven
siempre sentí atracción por el deporte en general, en principio realicé la
práctica de deportes de nuestro entorno como el fútbol o el campo a
través, al poco tiempo descubrí los deportes o disciplinas que
practicaban los orientales; ello me llevó a la práctica del kárate japonés
durante bastante tiempo aunque de forma discontinua e irregular.

Una vieja lesión me hizo recurrir a la acupuntura coreana para una
lumbalgia; pude observar que me hacía bien y ello me animó a estudiar
un par de años medicina de acupuntura china con la escuela del
profesor Carlos Las vi en Madrid. Fruto de esos estudios he obtenido el
título de acupuntor profesional que da esa escuela.


En mis estudios de medicina china he podido observar, que toda su
teoría se asienta sobre bases metafísicas, es una filosofía como puede
ser la metafísica presocrática, basándose en dicha teoría y teniendo
buenas cualidades como acupuntor, los tratamientos que se aplican
proporcionan claramente mejoría a pacientes en numerosas
enfermedades; ello implica que si bien la medicina occidental no
reconoce este conocimiento como científico, existen en él claramente
indicios de verdad, los cuales debieran ser investigados en vez de
dedicarse a despotricar de la inferioridad e inutilidad de la medicina
tradicional china.

Toda la teoría médica china se basa en el
comportamiento y la existencia de dos tipos de energía; una es la que
podemos renovar al tomar los alimentos o al respirar y la otra que es la
energía ancestral, la cual se deposita en la zona de los riñones, y que no
es renovable, es decir, cuando se termina el individuo necesariamente
se muere.

Otro aspecto que la medicina china afirma es, que si no
existe un bloqueo de esa energía en el cuerpo humano, el individuo no
tiene por que perder la salud mientras viva, es decir que puede vivir y
morir con plena salud si nada ni nadie obstruye la energía que circula
por sus meridianos tanto principales como secundarios.


El libro que acabo de leer me da idea de que quizás una de las
características de las cualidades que tiene nuestro amigo Antonio
Jiménez, sobre todo en lo que se refiere a la mejora de las
enfermedades acaecidas en sus pacientes, posiblemente tengan dichos
poderes influencia en desbloquear el discurrir de la energía o chi de la
que hablan los chinos, la cual nos mantiene vivos y con salud, mientras
no se agote y esté circulando sin interrupciones por nuestro cuerpo.


Otra cosa que es preciso apuntar es: que tanto este tipo de poderes o
cualidades extraordinarias que poseen algunas personas, la ciencia al
tener noticias de estos fenómenos mira hacia otro lado, y en vez de
investigarlos, se limita a descalificar tanto a las personas como a sus
cualidades.

Desde la filosofía es preciso apuntar que es imperdonable
que la ciencia se ponga de perfil, frente a todo aquello que no sean
fenómenos que pueda constatar objetivamente.

En el caso de la energía de la que habla la medicina china, se puede decir que no existe ningún
aparato capaz de medirla, por ello la medicina china se auxilia
especialmente de la toma de pulsos para hacer un estudio del estado
energético de cada paciente.


A mi juicio, y a pesar de las dificultades que entraña realizar una
investigación de seguimiento de la persona o personas que tengan estas
facultades, sería preciso que la ciencia se interesase por estas cosas.

El matemático indio Ramanujan confesó a sus tutores ingleses que los
teoremas matemáticos que enunció se los dictaba una diosa hindú en
sueños.

Posteriormente se pudo comprobar con demostraciones
racionales que dichos teoremas eran ciertos, aunque la ciencia no haya
podido explicar nada más que un pequeño porcentaje de los mismos.


Los otros tienen todos los indicios de ser verdad pero faltan los pasos
intermedios de la demostración; eso no quiere decir que haya que dejar
de seguir investigando hasta conseguir la demostración de los que
faltan.


Lo mismo que lo dicho anteriormente debiera hacerse por parte de la
ciencia, tanto con la medicina china como con las capacidades
extraordinarias que tiene determinadas personas en lo que se refiere a
las relaciones entre los cuerpos y los espíritus.

Como conclusión final
diremos que la obra titulada El cazador de espíritus, de Víctor Colomer
nos ha parecido un magnífico libro.

Critica de J.B.