38 / Sociedad ...............................................................................................Sábado 20/07/2002 ABC

Crónicas de un exorcismo

 

Un sacerdote libera a un joven poseído por el demonio tras un espiritismo

Insultos, blasfemias, cambios de voz, frases en varios idiomas, amenazas verbales.... son algunas de las reacciones de una persona endemoniada ante la acción de un exorcista. El siguiente caso es el de una posesión diabólica  leve tras participar en una sesión de espiritismo.

J. Bastente

Madrid, Eusebio (esta nombre, su puesto, serviría para denominar a la victima, puesto que uno de los requisitos para asistir a un exorcismo es el de no revelar la identidad de los asistentes) es un hombre de unos 30 años de edad, aparentemente normal, pero hace tres años un suceso cambio su vida de modo estremecedor: <<Un amigo y yo realizamos varias secciones de espiritismo,  y  no creímos que hubiera pasado nada >>. No estante, desde aquel momento ambos comprobaron como su suerte iba cambiando para mal. <<Cuando entraba en un bar, la gente me miraba de modo extraño. E perdido a mis amigos, mi trabajo, y desde hace semanas veo a un hombre vestido de negro cuando me despierto>>.  Tras visitar a varios especialistas psiquiatría, quienes no encontraron nada extraño en su personalidad, Eusebio decidió ponerse en contacto con un exorcista. Tras una breve conversación, los dos entran – acompañados por otras tres personas – en una sala sin ventanas, que el exorcista ordena cerrar con llave. No a pasado ni medio minuto cuando Eusebio comienza a sentirse indispuesto: Balbucea, se agacha, se sujeta a las paredes... la razón seda a conocer enseguida: la sala esta presidida por un sagrado corazón de Jesús. Inmediata mente, el exorcista ordena a los tres acompañantes que tumben a la victima en una esterilla colocada en el suelo, junto a la imagen de Cristo, y les conmina a que se sujete Eusebio<< diga lo que diga lo que diga y haga lo que haga, porque no es consiente de sus actos>>.

 

Posesión demoníaca leve

 

Se trata – como indica el exorcista momentos después de acabar el procesó – de un caso claro de posesión demoníaca leve. << no resiste la vision de cristo >>. En esos momentos, el endemoniado tiene una fuerza tremenda, los tres asistentes al exorcismo apenas pueden sujetar a sus brazos y piernas. << ¡ Quema, ! >>, grita en el momento en que el exorcista pasa un crucifijo sobre la cara, el cuello y el pecho de la victima. Cuando comienzan las oraciones, el endemoniado pasa de los gritos a los aullidos, trata de asustar a quienes le sujetan con amenazas insultos. El exorcista les pide que no hagan caso, que << el demonio solo quiere llamar la atención>>. A uno de ellos, que lo sujeta de los pies, el demoníaco le predice que << morirás antes de un mes >>. Nadie lo suelta por mas que lo pide. << ¡No tienes ningún poder sobre mi !>>, repite constante mente el endemoniado cada vez que el exorcista, tras recitar sus oraciones en latín,  le pregunta << ¡ quien eres como te has introducido en este cuerpo !>>. Cuando es rociado con agua vendita, el cuerpo vuelve a convulsionarse, una larga retahíla de insultos, a acompañados por expresiones en latín y frases intraducibles. Durante mas de un minuto, el endemoniado habla sin parar, cambiando el tono de su voz barias veces, sin respirar, hasta caer exhausto. Momentos después, dice a quienes le sujetan: << ya me encuentro mejor, muchas gracias, soltarme, por favor >>. No obstante, el exorcismo sigue su curso. El sacerdote no hace caso de la aparente cambio de carácter de la victima, y vuelve a dominar al demonio que esta dentro de ella a que diga su nombre, y la razón por la que a poseído el cuerpo de la victima. << ¡ nunca lo diré! No le dejare hablar, lo matare antes ... >> amenaza, para después revolverse contra sus captores, volver a insultarles y amenazarles. En un momento dado, escupe a la izquierda y derecha, justo antes de que el sacerdote vuelva a rociarle con el agua vendita. << ¡ maldita orina blasfema! >>, grita su contacto. El proceso vuelve a repetirse una y otra vez, consiguiendo idéntico resultado: el demonio se revuelve ante el crucifijo, las reliquias o el agua bendita, insulta a los asistentes, se niega a decir su nombre y el motivo de su entrada... pese a tratarse de una posesión leve, el exorcismo se alarga asta las tres oras de duración. Poco a poco, el demonio va perdiendo su fuerza y su capacidad para revolverse contra el sacerdote, quien final mente logra conocer la entidad del demonio y conminarle a abandonar el cuerpo.

 

El demonio desaparece

 

El caso de Eusebio, dentro de la rareza de las posesiones diabólicas, es especial, puesto que el exorcista a llegado a la conclusión de que el demonio a desaparecido sin dejar rastro. No obstante, será necesario abunde, partir de ahora, en su vida de oración, y que en ningún caso vuelva a participar en secciones de espiritismo, adivinación o reuniones sectarias. En la mayor parte de las posesiones, el demonio no se retira hasta después de varias secciones y casi siempre deja secuelas en el modo de comportarse de la victima.

Cuando despierta, Eusebio no recuerda nada de lo sucedido. El sacerdote estima conveniente que los participantes en los procesos de expulsión le pongan al día de lo que a pasado. << Dios nunca abandona al hombre, a no ser que no este decida, por propia voluntad, acceder a los requisitos del espíritu maligno >>,  explica el exorcista.

 

 

Distintos modos de posesión  

 

El padre Gabriel Amorth en su libro << habla un exorcista >>, señala diversas formas de acción del demonio en el cuerpo humano.  << existe una acción ordinaria del demonio -  dice -, que esta orientada a todos los hombres: la de tentarlos para el mal. Incluso Jesús acepto esta condición humana >>.  Sobre las acciones extraordinarias, << aquellas que Dios consiente al demonio solo en determinados casos >>, se cuentan seis formas distintas. La primera de ellas son los sufrimientos físicos causados por Satanás externamente: se trata de fenómeno que han sufrido todos los santos en algún momento de su vida. En segundo termino ( la mas conocida y espectacular, reproducida con bastante fidelidad en << exorcista >> ), esta la posesión diabólica, o cuando el demonio se apodera de un cuerpo lo hace actuar y hablar como el quiere. La vejación diabólica, menos extraña que la posesión, se exterioriza a través de enfermedades o trastorno. Por su parte, la obsesión diabólica afecta a la persona a modo que llega a desesperarse, constante mente intentos de suicidio. Finalmente, se encuentran las infestaciones en casas y objetos. En cuanto la sujeción diabólica, sucede cuando el individuo se somete deliberadamente a la servidumbre del demonio ( a través del pacto de la sangre ), lo cual implica la perdida de su alma.